Roadmap, Estrategia y MVP son los conceptos más prostituidos en el mundo de producto.
¿Por qué?
Muy simple.
Se usan sin saber realmente el para-qué qué hay detrás.
Quizá por moda, quizá por ignorancia, quizá para ocultar el síndrome del impostor, quizá bajo presión por micromanagement, o realmente porque no se ha vivido esa experiencia todavía.
En multitud de ocasiones me ha ocurrido:
- - ¡Ya tengo montado el Roadmap! Ha quedado precioso, para enmarcar.
- - Sí, ya veo. ¿Dónde están las fechas?
- Aquí arriba, en esta parte…
- Pero esas fechas no valen. Ahí pone Q3. Necesito ver en qué día vas a poner esto en producción.
- Claro, pero estamos en Q1, hasta Q3 hay muchas probabilidades de que esa fecha cambie. Está el cono de incertidumbre…
- No seas dogmático. Pon las fechas concretas. Y si hay dependencias me pones una línea que las una.
- Entonces no es un Roadmap, es un diagrama de gantt.
- Lo que sea. ¿Lo puedes tener para esta tarde?
Que levante la mano quien ha vivido esta situación.
¿Qué es realmente un Roadmap?
Es una representación gráfica simplificada que sirve para comunicar y compartir eficazmente una intención estratégica con el fin de movilizar, alinear y coordinar los esfuerzos de las partes interesadas por alcanzar uno o varios objetivos.
Simplificando: una herramienta para visualizar y compartir la estrategia de producto.
Como Product Manager, si el backlog es tu espada, el Roadmap es tu escudo.
¿Vas a construirlo desde cero? Sigue leyendo.
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Housecleaning before Roadmapping
Este es el paso cero.
Es un obviedad, aunque sorprende el número de Product Managers que no lo hacen.
Se trata de tener controlado todo lo que hay en tu producto y por qué.
Te cuento.
Recientemente se me ha roto el coche. Una avería de motor. Además, justo una semana antes de irme de viaje.
¿Por qué te cuento esto? Porque me faltó previsión. Si sabía que iba a viajar debería haber hecho una revisión.
Bien. Sigo.
Como no tenía coche, para ir a por los niños me llevé la bici. Seis kilómetros ida, seis kilómetros vuelta. Poco fondo tengo yo para tanto km, pero me vi fuerte.
Correcto, pues a la vuelta, a tres km de llegar reventó la rueda trasera.
Falta total de previsión.
Creía que había aprendido la lección con el coche, pero no. Cogí la bici a las bravas, que llevaba sin revisar bastante tiempo.
Uno sólo repara en su cabaña cuando la mueve el viento.
Es muy importante adelantarse, prevenir a curar, ser consciente de qué funcionalidades hay en tu producto y por qué están ahí.
¿Cómo?
Audita tu producto. Haz una lista de esas funcionalidades e identifica el volumen y el tiempo de uso.
Si se usa mucho tiempo por mucha gente es una funcionalidad clave.
Si se usa mucho tiempo por poca gente quizá conviene aumentar la adopción o eliminarla.
Si se usa poco tiempo por mucha gente quizá conviene aumentar el engagement o eliminarla.
Si se usa poco tiempo por poca gente quizá conviene eliminarla.
Ojo, antes de eliminar es importante investigar por qué está ahí. No sería la primera ni la última vez que detrás hay un compromiso comercial.
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Construye un esqueleto
El formato no es lo más importante. De hecho, es mejor un mal Roadmap que ninguno.
Al mismo tiempo, después de tanto fallar y aprender, hay un modelo que funciona bastante bien.
Es un híbrido entre el Now/Next/Later de Bruce McCarthy, el Go Product Roadmap de Roman Pichler y el Release Plan que nos pide negocio.
En las cabeceras de columnas lo montamos con el formato Now/Next/Later. Por ejemplo, en el Now metemos un trimestre, en el Next un semestre y el Later todo lo demás.
En el primer mes del Now podemos meter un Release Plan y así damos fechas exactas para calmar ansiedades.
Aquí podemos dar fechas, nos avala el cono de incertidumbre.
En las cabeceras de filas montamos el Go Product Roadmap para trabajar objetivos, métricas, etc.
También podemos complementar con un parking , o un Opportunity Solutions Tree para recoger todas las ideas a explorar que todavía no tienen cabida en el Roadmap
Llénalo de contenidos
Ahora, vuelca tu Backlog priorizado sobre el esqueleto. 45 minutos a velocidad cuchara y después hornear.
¿Tienes el backlog flojeando?
Estoy convencido de que todos estáis haciendo esto, pero si no...
¡Haz entrevistas! Con usuarios, stakeholders y benchmark de la competencia.
Si le dedicas tiempo a esto te dará para llenar tres backlogs de tres productos.
Las entrevistas con stakeholders, con mucho cuidado. Apóyate en tu Stakeholder Map para trabajar los diferentes tipos de comunicación y no quemar ningún puente.
Alinea con la estrategia
Recuerda poner en la parte superior de tu Roadmap la misión, visión y objetivos de la compañía.
Después la visión de tu producto y los objetivos, por ejemplo en formato OKR.
Además, es muy útil tener alguna forma de identificar qué historias de usuario, épicas, features, oportunidades… están relacionadas con esos objetivos.
¿Tienes North Star Metric? También, al Roadmap.
Esta información te ayudará a la hora de tomar decisiones y priorizar.
También dejará claro cuál es la dirección a cualquier persona que ponga ahí los ojos.
Hazlo operativo
Este punto es clave.
Si no lo haces bien, todo el trabajo anterior caerá cual castillo de naipes antes la ligera brisa de un caluroso día de verano.
Tu Roadmap debe ser tu segunda piel, lo primero que abras en el día, lo que enseñas cuando hablas de tu producto.
Hasta ahora ha sido todo bastante manual y cada vez que se producía algún cambio te tocaba rehacerlo.
Es el momento de automatizar.
Busca integraciones entre herramientas que te faciliten la actualización con el menor esfuerzo posible.
Automatizar 100% no es recomendable. No se puede. Vamos, es altamente improbable. Al mismo tiempo puede llevarnos a perder el control, lo dejarás corriendo solo y dejarás de prestarle atención.
Como decía antes, debe ser lo primero que abras al llegar. Tu salvapantallas.
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Conseguir engagement
Es un extra. Facilita la vida pero si no lo consigues ahora puedes trabajarlo con el tiempo.
Tu equipo de producto, negocio y stakeholder deben estar enganchados a tu Roadmap.
Sabes que lo has conseguido cuando se empieza a hablar más del contenido que de la estructura, cuando entran a verlo sin estar tú presente y cuando habláis de las últimas actualizaciones sin tener que poner a nadie al día.
Si no consigues un Roadmap único para dominarlos a todos sería bueno lo que comentaba al principio: uno público y otro interno.
Un Roadmap público se usa para dar visibilidad a negocio y stakeholders, o personas que tienen interés en nuestro producto, con un lenguaje comprensible y autoexplicativo (en la medida de lo posible).
Un Roadmap interno es para ti y tu equipo de producto, con el detalle y lenguaje técnico que usáis habitualmente.
Recuerda que…
- 1. Mejor un mal Roadmap que ninguno.
- 2. Aprende aquí a hacer Roadmapping como Lead Product.
- 3. Un Roadmap es una herramienta.
Como Product Managers no estamos dirigidos por herramientas, estamos informados, nos sirven para algo. Ten muy presente cuál es el Job To Be Done de tu Roadmap.
Foto de Matt Duncan en Unsplash