Si te suena Maquiavelo como sinónimo de manipulación o estrategia sombría, bueno, no vas del todo desencaminado si te fías de la corriente popular, si eres un poco conspiranoico como yo pensarás que fueron manipulaciones de enemigos poderosos, pero lo que sí te aseguro es que este hombre tenía muchas más cosas que decir. Y lo mejor de todo es que sus ideas, aplicadas al Product Management, nos hacen ver las cosas desde una perspectiva diferente.
Porque, aunque tu producto no sea un principado (o sí, dependiendo de lo mucho que te aferres a tu backlog), las enseñanzas de Maquiavelo tienen mucho que ver con lo que enfrentamos día a día los que estamos en esta locura de la gestión de productos digitales.
Nicolás Bernardo de Maquiavelo, nacido en la Florencia de 1469, y finado allá por 1527, fue un diplomático, funcionario, filósofo político y escritor italiano, considerado el padre de la ciencia política moderna, o al menos esto dice Wikipedia. Era conocido por amigos, familiares, vecinos, enemigos acérrimos, su amigo el pescadero y algún que otro amor como Maquiavelo, o Maqui.
Nicolás Maquiavelo hablaba de cómo un príncipe debe consolidar su poder en un territorio recién conquistado. Esto, traducido a nuestro mundo, es básicamente lo que ocurre cuando un PM entra en un nuevo equipo o toma el control de un nuevo producto.
Si alguna vez has entrado a un equipo que ya tenía sus procesos, sus formas, su cultura, sabrás de lo que hablo. No puedes entrar como un elefante en una cacharrería e imponer una lista de demandas o una estrategia dictatorial. Lo primero que debes hacer es ganarte la confianza del equipo. Hacerte visible, comprender sus procesos, dominar el backlog, escuchar antes de hablar y proponer cambios que tengan sentido. Porque si no logras consolidar ese poder de manera estratégica, corres el riesgo de perder el control antes de siquiera empezar.
Maquiavelo también decía que el príncipe debía adaptarse a las circunstancias cambiantes. Lo llamaba «virtù» (también lo llaman así por aquí por Cádiz) y «fortuna». Y en términos más product-related, podríamos decir que se trata de saber manejar el caos que nos rodea. Porque el cambio es la única constante en el desarrollo de productos. ¿Cuántas veces has planificado una cosa y, de repente, aparecen nuevas prioridades, necesidades del cliente que cambian de la noche a la mañana o tecnologías que revolucionan todo?
El buen PM no se aferra a una sola idea. Debes adaptarte, y si te toca cambiar de estrategia a mitad del sprint, pues lo haces. No es una traición a tu roadmap, es simplemente que las reglas del juego han cambiado. Adáptate o muere.
Una de mis partes favoritas de Maquiavelo es la toma de decisiones estratégicas. No sólo se trata de actuar rápido, sino de actuar rápido cuando sabes que es el momento adecuado.
En nuestro mundo, eso podría ser tomar la decisión de lanzar una nueva funcionalidad justo cuando el mercado está pidiendo algo diferente, o aprovechar una ventana de oportunidad con una beta rápida para obtener feedback.
Aquí no hay que vacilar: si sabes que la oportunidad está ahí, ¡lánzate! Eso sí, siempre respaldado por datos. Un buen PM no toma decisiones basadas sólo en intuición, pero tampoco espera hasta tener la «certeza total» (spoiler: no existe la certeza total, existe Desafío Total, existe Arma Letal, pero no existe la certeza total).
Hablemos ahora de cómo manejar y gestionar a tus stakeholders, que es básicamente el capítulo más largo de El Príncipe. Porque, seamos sinceros, ser un buen PM es casi como ser diplomático. Tienes que gestionar las expectativas de diferentes grupos, y lo haces sin perder la cabeza.
Maquiavelo decía que un príncipe debe tener a los nobles de su lado, y para nosotros esos «nobles» es nuestro ecosistema social de producto, es decir, las personas de desarrollo, equipo de ventas, inversores, patrocinadores, personas de negocio y, por supuesto, nuestros usuarios. Mantener a todas estas personas contentas es imposible, pero manejar sus expectativas es una obligación. Hazlo bien, y no sólo sobrevivirás, sino que liderarás con éxito.
Algo que me encanta de Maquiavelo es cómo recomienda que un príncipe siempre se anticipe a los problemas. Esto nos aplica perfectamente a los PMs que, si hacen bien su trabajo, se convierten en viejos lobos de mar: saben oler las tormentas antes de que lleguen.
Una buena planificación de riesgos, una mirada crítica a las dependencias, y listo. ¿Sabes ese bug que podrías haber detectado antes si hubieras hecho las pruebas adecuadas basadas los estándares de calidad del código de la compañía? Pues eso. No esperes a que todo se derrumbe. Sé proactivo. Piensa en los problemas antes de que aparezcan y ten un plan listo para cada escenario, usando por ejemplo frameworks como ROAM, FMEA, o FTA.
Vamos con la última, el uso inteligente de los recursos.
Maquiavelo era claro: no malgastes tus ejércitos en batallas que no valen la pena. Pues bien, en nuestro mundo, el «ejército» es nuestro tiempo, atención, presupuesto, recursos, equipo… y esas «batallas» son todas esas necesidades o features que a veces nos empeñamos en desarrollar porque «suena molón» o porque lo he visto en otro producto, pero que no aportan verdadero valor al usuario o al negocio. La próxima vez que te enfrentes a esta decisión, pregúntate: ¿realmente va a generar impacto o estamos malgastando recursos?
Ahora, como buen PM que eres, seguramente estás pensando: «Vale, me lo he pasado bien, pero ¿cómo aplico todo esto en mi día a día?». Aquí un resumen en forma de accionables:
- Consolida tu liderazgo: Cuando llegues a un equipo nuevo, no impongas tus ideas. Gánate la confianza del equipo, demuestra que entiendes sus problemas y que tus propuestas tienen sentido. Sólo entonces podrás liderar con autoridad.
- Adáptate al cambio: No te aferres a un roadmap como si fuera inamovible. Si las circunstancias cambian, ajusta tu estrategia y sigue adelante. La flexibilidad es clave.
- Toma decisiones estratégicas rápidas: Cuando veas una oportunidad clara, no dudes en tomar acción. No siempre tendrás todos los datos perfectos, pero eso no debería paralizarte.
- Gestiona a tus stakeholders: Identifica qué necesita cada uno de tus «nobles» y gestiona sus expectativas de manera realista. No prometas el mundo si no puedes entregarlo.
- Anticipa los problemas: Revisa siempre las dependencias y posibles bloqueos antes de que se conviertan en problemas. Una pequeña planificación de riesgos puede ahorrarte grandes dolores de cabeza.
- Usa de forma inteligente tus recursos: No malgastes tiempo ni esfuerzo en features que no aportan valor. Prioriza lo que realmente generará impacto.
Y ahí lo tienes.
Maquiavelo, un pensador renacentista que, sin quererlo, escribió un manual de Product Management mucho antes de que existieran los productos digitales. Así que la próxima vez que estés en una situación complicada, pregúntate: ¿Qué haría Maquiavelo? Probablemente algo muy inteligente y estratégico.
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