La documentación de producto es la gran olvidada en muchas organizaciones y equipos. El día a día nos puede y no tenemos tiempo para sentarnos y registrar todo el trabajo realizado. Sin embargo, es una herramienta esencial para asegurar la cohesión y claridad entre equipos y stakeholders. Este artículo explora la importancia de la documentación, cuándo y por qué se vuelve indispensable, y cómo implementar prácticas de documentación efectivas.
¿Por qué es esencial documentar tu producto?
Lo primero, antes de documentar, es entender de dónde nace este requisito y estructurar desde ahí, puesto que el funcionamiento del producto se puede documentar, por ejemplo, a lo largo de las demos, revisando el roadmap y las épicas o con los FAQ que se elaboran para el usuario final.
Documentar tu producto va más allá de crear simples guías de usuario. Actúa como un ancla que mantiene alineados a todos los miembros del equipo, especialmente en momentos críticos, evitando que surjan malentendidos que pueden llevar a errores costosos y pérdida de tiempo.
¿En qué contexto surge esta necesidad?
Normalmente durante un onboarding o un post mortem, momentos delicados, surge la pregunta de dónde está documentado tal o cual proceso. En muchas ocasiones, será ahí donde se mire alrededor de la sala y se busque a la persona que responda o salve ante la situación.
Para anticiparse a este momento, podemos intentar reservar tiempo al final de cada semana o en momentos tranquilos para hablar con miembros del squad y la organización y entender cómo mejoraría su trabajo teniendo una documentación completa y accesible.
Esta es una labor muy conectada a la exploración que hacemos en Producto, donde analizamos esa “necesidad”: quién la tiene, desde cuándo, en qué consiste…
Por ponerte un ejemplo…
Hace ya más de dos años que trabajo en una gran organización donde una de mis tareas principales ha sido documentar nuestro producto. Cuando llegué, el squad estaba pasando por un momento muy tenso con distintos stakeholders. Uno de los problemas, eran los malentendidos y, en general, la desigualdad de conocimiento entre compañeros.
Tras preguntar, observar en reuniones y yo misma ser “la nueva”, concluí que La Necesidad de tener documentación no era la de registrar el funcionamiento del producto. Lo que hacía falta era recoger los requisitos básicos para el lanzamiento de un MVP y establecer límites claros entre los roles que desempeñaba cada stakeholder, así como explicar los errores y aprendizajes tras probarlo con usuarios.
Como resultado, la dinámica entre stakeholders mejoró y tenerlo todo registrado en un sitio ayudó al squad a hacer la mejor transferencia de conocimiento.
Aunque comenzamos a establecer límites claros, el verdadero desafío aún estaba por venir. Si quieres saber cómo continua la historia sólo tienes que hacer click: La Avalancha - Docutopía #2.
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