En este modelo, los equipos se estructuran de acuerdo con una lógica tecnológica, distinguiendo, por ejemplo, equipos «front» y «back», creando equipos por canal (web, móvil, IoT, etc.) o construyendo equipos dedicados a un capa de aplicación dada (procesos de pago, servicios de mailing, etc.).
La versión minimalista más frecuente en productos simples es una división en 4 equipos: un front-end, un back-end, un equipo iOS y un equipo Android.
Este modelo tiene la ventaja de ser adecuado para una organización con vistas a ser ampliado (los técnicos generalmente están condenados a perdurar en el tiempo).
Por otro lado, puede presentar ciertos límites, en particular al favorecer las dependencias entre equipos y la dilución de responsabilidades.
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