Entrevista a Kike Alonso, Principal Product Maker en Factorial HR

  • Actualizado: 28 julio 2020
  • 5 minutos
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Kike Alonso nació en Bilbao, aunque creció en Vitoria-Gasteiz. Comenzó estudiando informática, aunque luego se decantó por periodismo. Y hasta hace poco lo encontrábamos en Madrid, pero se acaba de mudar a Barcelona para ser Principal Product Maker en Factorial HR.

La historia de Kike es continuo cambio:

Empecé a diseñar como diseñador de Interacción, pero ahora tengo un perfil de Diseño y Producto más amplio.

Sus aficiones van más allá del diseño, que no de lo visual. Si no lo encontramos descubriendo la Ciudad Condal subido a su bicicleta, es posible que disfrute del tiempo libre cámara en mano:

La fotografía, principalmente documental y social, y por lo general analógica. Antes de diseñar trabajé un tiempo como fotógrafo y, aunque a día de hoy es sólo una afición, me gusta tanto perderme un rato viendo fotos de gente como Larraín o Crewdson, como viajar solo con una mochila y la cámara.

¿Cómo y por qué te metiste a trabajar en diseño?

Muchas veces cuando cuento que estudié Periodismo y he acabado dedicándome al diseño digital trabajando para grandes empresas, la gente lo ve como una historia de superación personal. Creo que simplemente he acabado dedicándome a esto porque he tenido un privilegio que me ha permitido fallar varias veces y rebotar sin ninguna penalización.

Mis padres me orientaron a la informática desde muy joven. Con 7 años me regalaron por mi cumpleaños mi primer ordenador, un Atari STe, y también tuvimos Internet en casa muy pronto.  Así que empecé a jugar en línea desde muy joven.

Durante el instituto, estaba en varios clanes de jugadores en los que gran parte del tiempo, más que jugando, lo pasaba haciendo webs y portales sobre videojuegos, o con copias piratas de Photoshop o Corel, haciendo firmas de foros para otras personas, coloreando ilustraciones, editando fotos, o abriendo Flash para alguna tontería.

De ahí el siguiente paso fue empezar a estudiar Ingeniería Informática. Yo iba con muchas ganas de seguir aprendiendo multimedia y web, así que descubrir que me iba a tener que pasar al menos un año escribiendo código Delphi con papel y lápiz. Fue tan duro que aprobé una asignatura el primer año y me fui a la universidad pública a estudiar Periodismo. Creo que fue una de las mejores decisiones de mi vida.

Conocí a gente increíble y durante cuatro años adquirí un montón de conocimiento sobre cómo funciona el mundo a nivel social y sobre comunicación masiva. De hecho, creo que gran parte de que en España haya un nivel bastante alto en Diseño de Producto es, precisamente, porque al no haber prácticamente educación de diseño digital reglada por aquella época, cada uno viene de un campo totalmente distinto lo que ha enriquecido mucho el alcance de la profesión.

Un par de años después de acabar la carrera, me contactó Beatriz Belmonte de Funky Projects, una de las primeras empresas de Service Design de España, para cubrir una baja y escribir en un blog sobre Innovación Social. Cuando se acabó, pasé a ser parte del equipo llevando la Comunicación de la empresa y participando en algunos proyectos más digitales, ya que el grueso del trabajo de la empresa giraba en torno a proyectos más sociales y físicos. De ahí me fui a Madrid donde Alberto Knapp y Joaquín Márquez me dieron la oportunidad de unirme 50% al equipo de Marketing y 50% al de UX de The Cocktail, aunque acabé trabajando prácticamente a tiempo completo en el segundo. Y hasta hoy.

¿Cómo trabajas habitualmente en diseño?

Soy bastante contrario a las metodologías de libro. Creo que están muy bien como referencia, pero un equipo de diseño debe diseñar sus propios procesos en base a sus objetivos y contexto. Siempre me extrañan los diseñadores que hablan en detalle de herramientas de diseño, pero que delegan el diseño de sus procesos de Diseño. 

En mi opinión, tiene que existir un marco de referencia a nivel equipo de Diseño con los mínimos del proceso, y luego cada equipo de proyecto debería poder adaptarlo en base a las necesidades de su proyecto y a la gente involucrada. 

El único mínimo que siempre debería existir, en mi opinión, es que se entienda que el trabajo de un diseñador de producto digital es el de una persona que tiene que recoger lo más exhaustivamente posible requisitos sobre una oportunidad y proponer una primera solución tangible que permita al equipo tomar mejores decisiones según se profundiza más. Los requisitos pueden tener su origen en cualquier parte: usuarios, negocio, tecnología, etc; y siempre van a afectar al resto de elementos que componen tu producto o servicio. 

Mi proceso siempre empieza intentando entender de forma colaborativa junto al resto del equipo la causa real y definir sus implicaciones a todos los niveles. Una vez ese trabajo está bien hecho, dependiendo de dónde trabaje, puedo continuar más o menos involucrado en el resto del proceso o los entregables pueden tener más o menos detalle. Pero esta es siempre la única parte imprescindible.

¿Qué herramientas utilizas?

Por lo general, mis herramientas imprescindibles para trabajar son un documento de texto compartido y cualquier herramienta de videollamada. En cuanto a stack, ahora mismo utilizo mucho Figma, Zoom, Notion, Microsoft To-Do y Slack. Pero seguramente la herramienta que más me fascina, aunque ahora mismo sólo la uso para proyectos personales, sea Code.

¿Cómo mides el éxito de los diseños?

De la misma forma en la que se mida la evolución del producto en el que trabajo. Existen métricas específicas de diseño ligadas a entendimiento de patrones o reducción de deuda, pero las métricas principales de mi trabajo son siempre tener impacto en los OKRs o los KPIs sobre los que está trabajando la empresa.

Creo que desligar diseño de estos es reducir mucho el impacto que podemos tener como diseñadores.

¿Dónde encuentras la inspiración?

Intento leer prácticamente cualquier libro relacionado con diseño o digital que se cruza en mi camino, y que principalmente descubro en Twitter o me recomienda algún amigo. Mi Kindle es un pozo sin fondo.

También suelo ir a varias conferencias y charlas de diseño a lo largo del año, e intento ir a las que no son de diseño. He ido un par de años a la Game Developers Conference, y para mí es perfecta porque se trata de una industria digital muy similar, pero con particularidades lo suficientemente marcadas para sorprenderme en cada charla y hacerme pensar.

¿Qué producto has visto recientemente que te haya sorprendido?

A nivel usuario la forma en la que Valorant utilizó Twitch para generar notoriedad en su lanzamiento, o lo que cambia mi relación con la ciudad tener siempre accesibles servicios como las motos eléctricas de Acciona o e-Cooltra.

A nivel profesional, aunque esperado, durante el confinamiento no ha dejado de sorprenderme la diferencia de percepción de Microsoft Teams entre mi entorno profesional y mis amigos más cercanos. Para unos es un producto diseñado de una forma horrible, pero a los segundos les ha salvado la vida estos meses y no tienen más que buenas palabras.

A nivel interfaz, lo que más me ha llamado la atención estos últimos días es lo poco cuidados que están los detalles de interfaz en Hey.com. No dudo que será un producto exitoso, pero me sorprende que a día de hoy los pequeños proyectos revolucionarios hayan pasado a tener un peor diseño de interfaz que los mastodontes eternos como Outlook o Gmail que cuentan con muchísima más complejidad.

¿Cómo ves el futuro de la profesión en 5 años?

«Antes, los periodistas eran un grupo muy reducido, se les valoraba. Ahora el mundo de los medios de comunicación ha cambiado radicalmente. La revolución tecnológica ha creado una nueva clase de periodista. En Estados Unidos, les llaman media worker. Los periodistas al estilo clásico son ahora una minoría. La mayoría no sabe ni escribir, en sentido profesional, claro. Este tipo de periodistas no tiene problemas éticos ni profesionales, ya no se hace preguntas. Antes, ser periodista era una manera de vivir, una profesión para toda la vida, una razón para vivir, una identidad. Ahora la mayoría de estos media workers cambian constantemente de trabajo; durante un tiempo hacen de periodistas, luego trabajan en otro oficio, luego en una emisora de radio... No se identifican con su profesión»

Como describe esta cita de Ryszard Kapuscinski sobre el Periodismo, creo que nuestra profesión se normalizará aún más y pasaremos a estar todavía mucho más integrados y demandados en las estructuras empresariales de todo tipo. 

Kapuscinski habla un poco desde el elitismo de la vieja guardia, pero realmente creo que este cambio nos puede traer puntos de vista distintos y nuevos retos. De todos modos, cinco años es un periodo de tiempo muy corto y esto es algo que ya está ocurriendo en otros lugares como Estados Unidos o China.

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