¿Cuántas veces te ha ocurrido que al cambiar de trabajo mejoras un 10, un 15 o un 20% tu salario y al tercer mes te das cuenta que te has equivocado, que has sacrificado mucha de la calidad de vida que tenías en tu puesto anterior?
Cambiar a un trabajo con más salario no siempre significa mejorar. Cada vez miramos más la cultura de empresa, los valores, un propósito compartido, proteger la salud mental…
En 2021 se observó un comportamiento, un fenómeno laboral, donde un número significativo de personas en diferentes industrias y sectores optaron por dejar voluntariamente sus empleos.
La Gran Renuncia, lo llamaron.
Insatisfacción debido a las condiciones laborales, salarios, falta de beneficios, falta de conciliación, falta de oportunidades de desarrollo, falta de flexibilidad.
Hace poco vi un post de Melissa Perry donde compartía un artículo que decía algo así como “los 15 trabajos que la gente más desea dejar”, y en primera posición, efectivamente está: senior product manager. Ni siquiera los salarios de seis cifras son suficientes para mantener a algunos trabajadores en sus puestos, dice el artículo.
Según Lexi Clarke, Chief People Officer de Payscale (la empresa responsable del estudio), muchos trabajadores renuncian debido a una combinación de economía inestable, obligación de volver a la oficina y entornos de trabajo estresantes.
¿Quizá los movimientos en las bandas salariales que vemos año tras año reflejan una situación de incomodidad y de eterna búsqueda de equilibrio entre éxito profesional y calidad de vida?
El estudio que ha hecho el equipo de La Product Conf en el 2023 nos ayuda a dar un poco de luz a algunas reflexiones con datos.
Si comparamos los estudios de los últimos tres años vemos que, para el perfil de Product Manager con una experiencia de 5 a 9 años, la cifra ha bailado de 52,9k€ en 2021, a 56,1k€ en 2022 y ahora este año ha bajado a 55,2k€ (anual bruto).
¿Estos cambios se deben a la evolución del rol? ¿A la llegada de nuevas especializaciones como el Product Marketing Manager, Product Ops, etc.? ¿Se debe al trabajo en remoto? ¿O quizá la bajada de este año se debe a la reducción del flujo de financiación?
Si miramos fuera de España y nos comparamos con el país vecino, en Francia tenemos una tendencia similar: de 63,6k€ en 2021, a 67,3k€ en 2022 hasta los 64,2k€ de este año 2023.
Esta desaceleración puede tener muchas pequeñas explicaciones. Te puedes quedar con aquella que confirme tus creencias.
En mi opinión, tiene dos detonantes: el primero, la pregunta retórica que hacía un par de párrafos antes sobre el estancamiento del flujo de financiación hacia las startups y empresas de producto/tecnología en general; y la otra está en el propio individuo y sus prioridades: ya no busca medrar en su salario a toda costa, ahora busca estabilidad, calidad de vida, propósito y paz mental.
En el apartado de desarrollo de carrera del barómetro del 2023, donde se pregunta a las personas por su proyección laboral, ante la pregunta “¿Cómo ves tu próximo movimiento de carrera?”, en primera posición tenemos con un 35,8% la respuesta: Más impacto en la misma empresa (por ejemplo, en un área/producto más estratégico), seguido de “Más impacto en otra compañía” (32,2%).
Es decir, que mayoritariamente el siguiente movimiento de carrera no se espera que sea saltando a otra compañía, sino que buscarán hacerlo en la misma compañía pero a un área con más impacto, con más propósito.
Sin embargo, y aquí es donde viene la maravillosa naturaleza humana con toda la fuerza de su incoherencia, vemos que, ante la pregunta “¿Qué aspectos buscas en una nueva empresa si decides cambiar de trabajo?”, la respuesta es: mejor salario.
A ver… ¿Me estás diciendo que buscamos más propósito, más impacto, y blablabla pero que a la hora de la verdad es el sueldo lo que nos mueve a cambiar de trabajo?
También es cierto que un 63,8% de las personas respondieron que en ocasiones su salud mental afectaba a su productividad.
Buscamos propósito, y al mismo tiempo huimos del estrés y la ansiedad.
En esta travesía hacia una era definida por la información, nos enfrentamos a una dualidad interesante: ¿Qué nos impulsa en nuestras decisiones laborales? La reflexión sobre la búsqueda de propósito y la calidad de vida frente al impulso por un mejor salario es un reflejo de la complejidad del individuo soberano.
En su libro, El Individuo Soberano, William Rees-Mogg y James Dale Davison exploran cómo nuestras elecciones se entrelazan con la evolución del mundo moderno, y podemos ver el surgimiento de una nueva valoración en la fuerza laboral, donde la estabilidad, el propósito y el impacto han cobrado un papel fundamental.
La Gran Renuncia no solo representa una tendencia, sino una llamada a la reevaluación de nuestras prioridades. La búsqueda de satisfacción personal, la salud mental y la contribución significativa en el entorno laboral emergen como elementos esenciales.
Así como la historia salarial fluctúa, nuestras percepciones sobre el trabajo evolucionan ¿Estamos, acaso, redefiniendo el éxito profesional? Las bandas salariales podrán ser indicativas, pero la búsqueda de un propósito más profundo en el ámbito laboral parece ser la nueva narrativa.
En ese punto donde se cruzan el bienestar individual y la compensación financiera, el individuo soberano halla el equilibrio, priorizando no solo el crecimiento profesional sino también la salud mental y el impacto en su entorno laboral.
Nuestra toma de decisiones refleja un cambio de paradigma. ¿Buscamos solo un salario más alto o estamos encaminados hacia un terreno donde la realización personal y la contribución se entrelazan?
Cada elección es un paso hacia nuestra soberanía individual, donde la armonía entre nuestras metas personales y profesionales define nuestro verdadero éxito en esta era de cambios constantes.
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